Hielo tallado para las fiestas y eventos de Holanda

A la hora de organizar un evento, es probable que entre sus prioridades no esté el asombrar a sus invitados con elaboradas esculturas de hielo, pero la empresa The Rocks le ha dado una vuelta de tuerca a los servicios especializados para eventos. La compañía ha hallado formas muy creativas de utilizar un material tan delicado como es el hielo, ya sea tallándolo en forma de cisne para usarlo como centro de mesa o fabricando una elegante barra de bar con hielo seco que se mantiene fresca durante toda la noche.
 

“Nuestros clientes exigen sobre todo rapidez, cumplimiento de los plazos y una calidad óptima”, afirma Daniel Van Tongeren, propietario de The Rocks. The Rocks siempre se asegura de que sus bloques de hielo tengan un corte regular y unas proporciones perfectas, además de que nunca falte la creatividad.

The Rocks corta los bloques de hielo con una máquina especial fabricada por Clinebell, un distribuidor de equipos industriales de producción de hielo. Gracias a esta máquina, el equipo de The Rocks es capaz de producir dos bloques de hielo simultáneamente, un proceso que requiere unos cuatro días en total. La máquina extrae la cal del agua y posteriormente los segmentos con cal se deben eliminar.

Para cortar estos bloques de hielo, The Rocks decidió adquirir un Wood-Mizer LT15. Este aserradero es capaz de cortar bloques de hielo de hasta 2 o 3 cm de grosor, o tan delgados como 1 cm. “Se trata de un trabajo que requiere una gran precisión”, asegura Daniel, “Pero el Wood-Mizer funciona a la perfección. Nos permite cortar bloques de cualquier tamaño y forma”.

El proyecto de The Rocks vio la luz con escasos conocimientos pero con mucha ambición. Tras adquirir una compañía que se especializaba en la producción de grandes bloques de hielo, Daniel decidió comprar su primer equipo Wood-Mizer. “Fuimos autodidactas en el mundo del aserrado”, explica Daniel, “Y lo demás es historia. El equipo es muy fácil de manejar y se emplea para tareas relativamente sencillas”.

En sus días libres, a Daniel le encanta pasear en moto por la campiña holandesa. “Conducir por Holanda me permite entrar en contacto directo con la naturaleza, con el campo” asegura Daniel. “Me apasiona la naturaleza. Es un remanso de paz y tranquilidad”. El taller donde se ubica The Rocks fue construido originalmente para Daniel y sus amigos moteros como lugar de reunión de fines de semana, y desde entonces se ha convertido en la “sala de juegos” de su club de motociclismo.

Para conocer más acerca de The Rocks, visita su sitio web aquí: https://therocks.nl/

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